
- Cada persona cuenta con un tono, un modo de articular las palabras… La voz, sin contar las palabras que se dicen, pueden transmitir hasta un 40% de la percepción de una persona. Es cierto que ciertos factores de la voz son difíciles de modificar, sin embargo, la forma en la que hablamos es una actitud, y eso sí es fácil de moldear.
- Está científicamente comprobado que cuando se conoce por primera vez a una persona, la forma en que se dice algo y el aspecto que uno tiene al decirlo, son mucho más importantes que las palabras que de hecho se pronuncian.
- Generalmente no nos damos cuenta de que cada una de las palabras que salen de nuestra boca está acompañada por un gesto o un movimiento del cuerpo. Y lo más importante de todo es que ambos sean coherentes. Un movimiento brusco, a pesar de que intentemos suavizar la voz, transmitirá un mensaje raro, desordenado, a la par que incongruente.
- Muestra interés por lo que la otra persona te dice, afirma, asevera, haz gestos que demuestren que estás escuchando lo que te dice.
- Controla siempre tu postura, no te relajes, si te has ganado la confianza de tu interlocutor no lo fastidies repanchingandote en una silla.
- Ten en cuenta que cuanto más unidos estén el QUÉ y el CÓMO se dicen las cosas, más favorable será nuestra primera impresión.
Como ya he dicho con anterioridad esto no es una ciencia exacta, pero sí bastante certera. Y ten en cuenta que cualquier pequeño error, un mal chiste, una mirada rara, puede destrozar todo el trabajo llevado a cabo. Tampoco hace falta obsesionarse pero sí ser consciente de la importancia que tienen algunos detalles.
¿Estáis de acuerdo?